por Ana Lombardía | Sep 24, 2018 | Blog, Sexualidad femenina
Hace unos meses vino a mi consulta una chica muy joven, de ventipocos años, que no sabía masturbarse. Sí había sentido orgasmos usando un vibrador o una almohada, pero no sabía usar sus manos para darse placer. Esto le provocaba mucha frustración e inseguridad. En estos meses ha hecho un trabajo increíble y, semana a semana, ¡su progreso ha sido espectacular! Las primeras veces que hablamos sentía que iba a ser imposible, que no iba a ser capaz de lograrlo.
Le he pedido que os cuente cómo ha sido su progreso conmigo estos meses, pues creo que es un gran ejemplo de lo que se puede conseguir con constancia y muchas ganas. Aunque ella os lo cuenta con mucha humildad, no sólo ha aprendido a masturbarse, sino que ha superado sus propias expectativas y ha conseguido tener hasta 8 orgasmos en una sola sesión de masturbación. ¡Enhorabuena!

He aprendido a masturbarme
Cuando me atreví a pedir una cita para Ana me sentía diferente. No sabía masturbarme usando mis dedos. Sí sabía lo que era un orgasmo, pero no cómo llegar a él de la manera aparentemente más simple. Y me hacía sentir mal, incompleta, torpe. No sabía por dónde empezar y cuando me animaba a empezar mi problema era que no sabía seguir, me frustraba. No tenía paciencia. Por eso cuando fui a la consulta de Ana tenía muchas esperanzas de que ella me ayudase pero a la vez seguía confiada en que si no podía hacerlo era porque era rara, porque algo en mí no funcionaba bien. MENTIRA.
Y esta es mi historia sobre cómo he aprendido a masturbarme. No me considero ninguna experta y pienso que aún tengo mucho camino que recorrer. Empecé observando mis genitales, mi vulva, con un espejo, toqueteando todo lo que veía. Los siguientes deberes fueron empezar a tocarme de forma más personal y menos objetiva. Aquí empezaba mi caminito de trabajo personal.
Para masturbarme era muy importante la excitación y sin ella lo único que podía hacer era frustrarme más. Por supuesto la excitación no estaba presente todos los días y me afectaba, me agobiaba y me ponía triste porque sentía que masturbarme era algo que tenía que hacer para mi aprendizaje y me faltaba una herramienta importante.
Casualmente, mi primer orgasmo fruto de la masturbación no fue porque estuviese muy excitada pero sí estaba muy tranquila, a solas, dándome mi tiempo y mi momento. Ese orgasmo me hizo llorar de felicidad, pero también me hizo reír, me temblaban las manos y las piernas de la euforia porque había conseguido aquello que para mí parecía imposible. No quería rendirme. Tuve que aprender a controlar la respiración y sobre todo a no desanimarme cuando cambiando el ritmo o el movimiento de los dedos sobre el clítoris las sensaciones disminuían. Entonces, tocaba respirar profundo y volverlo a intentar. Tuve que saber dejarme llevar, algo que personalmente odiaba que me dijeran porque para mí no era fácil, no es algo que puedas ordenar a tu mente y ella lo ejecute, se trata de descontrol y hay que sentirlo.
Es importante confiar en una misma, estar tranquila, relajada, concentrada en lo que haces, no tener prisa y no esperar que aquello que buscas ocurra a la primera y sin práctica. Tienes que confiar en que puedes y sabes hacerlo aunque cambies de técnica o de lugar y estés en un coche. Con suficiente excitación resulta muy fácil, no tienes que pensar en qué haces o no y todo funciona te muevas como te muevas. No tienes que pensar porque tu deseo te guía. Y cuando consigues ese orgasmo con tanta facilidad porque estabas súper cachonda, te llenas de una seguridad capaz de callar a todas tus inseguridades y me encanta esa sensación.
Por supuesto, tuve dudas de si volvería a tener otro orgasmo cuando me volviese a masturbar otro día cualquiera. Tampoco me salió a la primera, pero al final pasó una segunda, una tercera, una cuarta…
Espero que su experiencia os anime a muchas a intentarlo. Como veis ¡es algo que se puede conseguir! Además, aunque a veces el proceso pueda resultar frustrante en algunos momentos, como muy bien os cuenta ella, el resto del tiempo es algo divertido y los resultados merecen mucho, mucho la pena.
Ana Lombardía.
por Ana Lombardía | Sep 17, 2018 | Blog, Sexualidad femenina, Sexualidad masculina
Muchas personas, tanto hombres como mujeres, se masturban usando la almohada. Es una técnica de masturbación muy frecuente y extendida ¡pero no se habla mucho de ella! Sí podemos encontrar muchos artículos en internet que hablan de masturbarse usando las manos, vibradores o viendo porno, pero hacerlo con la almohada no está visibilizado. Tampoco la gente suele contarlo o decir abiertamente “yo me masturbo con la almohada” cuando hablan de sexo.
Desde pequeños
La masturbación es con frecuencia algo que se descubre por casualidad. Las almohadas están presentes muchas veces en este descubrimiento. Un día un cojín, un montón de ropa o la almohada de tu cama está entre tus piernas y roza o presiona los genitales produciendo una sensación muy placentera. Como esta sensación te gusta, la repites. Vas aprendiendo a estimularte la zona genital de esa manera, como un juego. Ya de adultas muchas personas siguen utilizando esta técnica.
Por qué me masturbo con la almohada… y no de otra manera
Masturbarse con la almohada tiene una serie de características que hace que muchas personas escojan esta técnica frente a otras:
- La estimulación es suave. Los genitales están llenos de terminaciones nerviosas y, por tanto, son muy sensibles. Estimularlos directamente resulta muy agresivo y demasiado intenso en ocasiones. Masturbarse de esta manera permite una estimulación más suave y placentera. Incluso, muchas veces se hace con la ropa interior puesta.
- Roce y presión con zonas amplias. Masturbarnos usando una almohada nos permite estimular zonas más amplias que con las manos o un vibrador. De este modo, no saturamos las terminaciones nerviosas de un único punto del cuerpo, como el clítoris. Esto nos permite aumentar las sensaciones, expandirlas más por todo el cuerpo y tener sensaciones más globales.
- Control de la estimulación moviendo la cadera. Para masturbarnos usando una almohada debemos mover todo el cuerpo, principalmente la pelvis y la cadera. ¡Estos movimientos pueden resultar muy sensuales! Al estar todo el cuerpo implicado, no sólo las manos, las sensaciones que nos provocan son más amplias. Además, los movimientos de cadera mueven la energía sexual y la extienden por todo el cuerpo.
Cómo tener sexo con alguien que se masturba con la almohada
Ya sabéis que cuando nos acostumbramos a masturbarnos de una manera puede resultar difícil disfrutar y tener orgasmos cuando nos estimulan de una manera diferente a como lo hacemos nosotros.
Si no queremos meter la almohada en el encuentro sexual debemos recordar que nuestra pareja se ha acostumbrado a un roce amplio e indirecto en los genitales. Por ejemplo, en vez de estimular el clítoris directamente con un dedo podemos usar presión y roce usando la palma de la mano, o colocar uno o dos dedos sobre el clítoris mientras ella cierra las piernas para aumentar la estimulación.
Hay tantas formas de masturbarse como personas ¡Encuentra la tuya!
Ana Lombardía.
por Ana Lombardía | Dic 4, 2017 | Blog, Sexualidad, Sexualidad femenina, Sexualidad masculina
Muchas personas, tanto hombres como mujeres, me escriben o acuden mi consulta con la misma demanda: no puedo masturbarme sin porno. Es una dificultad bastante habitual hoy en día, en la que el porno está al alcance de todos y su uso se ha extendido y normalizado en nuestra sociedad. Estas personas se habitúan a masturbarse con pornografía y, cuando intentan hacerlo sin ella, encuentran dificultades para excitarse y/o para llegar al orgasmo. A veces, incluso, pueden tener estas mismas dificultades cuando mantienen relaciones sexuales en pareja.
Beneficios del consumo de porno
La pornografía es un estímulo erótico, a nivel mental, muy potente. De hecho, no creo que haya nada más potente que el porno a la hora de estimular la fantasía de una persona. El porno más tradicional suele presentar imágenes muy directas, primeros planos, escenas muy rápidas, historias muy estimulantes y de lo más variopinto.
A muchas personas, el usar porno para masturbarse les hace la tarea mucho más fácil. Te excitas muy rápidamente, te mantiene concentrada durante el proceso, la excitación va en aumento con sencillez… El proceso es rápido, simple y muy efectivo.
El porno puede ser, también, una fuente de contenidos para las fantasías de muchas personas que, por el motivo que sea, no han explorado todavía su mente en busca de recursos con los excitarse y disfrutar de su sexualidad.
Además, a día de hoy podemos acceder a la pornografía fácilmente, desde la intimidad de tu casa, con tu ordenador, móvil o tablet. Y gratis.
Los vídeos, por otro lado, te permiten avanzar y retroceder por las escenas que te resulten más excitantes, adecuándose a tu excitación y deseo en cada momento. Incluso, muchas webs te permiten la opción de multipantalla, en la que puedes visualizar varios vídeos de manera simultánea.
Por qué no puedo masturbarme sin porno
Masturbarse con porno suele resultar muy fácil y rápido. Por tanto, suele ser habitual que nos habituemos a ello y lo introduzcamos en nuestra rutina. Aquí, la palabra clave es la habituación. Cuando se usa porno con regularidad, muchas personas pueden habituarse a su uso; es decir, su mente se acostumbra a excitarse usando una estimulación muy alta, muy potente.
Lamentablemente, muchas veces la realidad no resulta tan estimulante como la ficción del porno. Si nuestra mente y nuestro cuerpo se habitúan a la estimulación del porno, la realidad o nuestras fantasías pueden no sernos tan excitantes.
Suele ser muy frecuente que nuestra capacidad de fantasear se vea mermada cuando usamos porno de manera frecuente. Nos cuesta elaborar fantasías, concentrarnos y recrearnos en ellas. El porno puede hacer que nuestra mente se acostumbre a la facilidad de los vídeos y se vuelva un poco vaga a la hora de crear sus propias fantasías. De ahí que muchas personas digan eso de no puedo masturbarme sin porno.
Del mismo modo, la realidad puede resultar más aburrida o menos estimulante si nos hemos habituado al porno. El porno es la ficción del sexo y, como tal, puede ser mucho más estimulante. Desde luego, las escenas son mucho más rápidas y directas, y más aun si optas por ver varios vídeos a la vez o repetir una y otra vez las mismas secuencias.
Incluso, a veces llega el punto en el que ni el propio porno resulta lo suficientemente estumulante. Se va escalando en la habituación, de manera en que cada vez es necesario usar vídeos más potentes, ver únicamente las escenas más fuertes y visualizar varios vídeos a la vez. Al final puede resultar que el porno llegue a aburrir.
Con el porno pasa un poco como con el alcohol. Si te acostumbras a beber alcohol, necesitas más copas para emborracharte. Tu cuerpo adquiere tolerancia a él. Además, las personas acostumbradas a beber alcohol suelen tener más dificultades para divertirse y pasárselo bien sin él, pues se habitúan a usarlo como herramienta para desinhibirse y reírse.
Cómo puedo volver a masturbarme sin porno
En este punto, la clave es la deshabituación. Es necesario que se produzca un proceso de desintoxicación del porno. El cuerpo y la mente se han habituado a la estimulación tan potente que produce el porno y, por tanto, es necesario pasar un tiempo sin usar pornografía.
Obligarnos a dejar de usar pornografía durante un tiempo hacen que nuestro cuerpo y mente se limpien. Cuando hacemos esto, nuestro cuerpo y mente se vuelven más receptivos, más sensibles a los estímulos eróticos del entorno, de la pareja y de la mente.
Además, nos vemos obligados a volver a utilizar la fantasía para estimularnos. Del mismo modo, en las relaciones sexuales en pareja podremos concentrarnos mejor en las sensaciones placenteras y disfrutar con plenitud de los encuentros sexuales.
Puede ser de gran ayuda introducir elementos novedosos en nuestra vida sexual, tanto a solas como en pareja. Jugar a juegos de rol, utilizar juguetes eróticos como los que tienen en sex shop online Mundo Erótico, leer novelas eróticas…
Un caso real
Tuve en la consulta un chico que acudió porque estaba experimentando, desde hacía unos meses, dificultades para llegar al orgasmo cuando estaba con su pareja. Estuvimos varias sesiones evaluando su vida sexual y no había nada que pareciese resultar la causa de esa nueva dificultad. Al final me contó que se masturbaba a diario con pornografía, de manera rápida, para conseguir un desahogo fácil y placentero. Además, me comunicó que sus masturbaciones ya no eran tan placenteras y que el porno le estaba dejando de resultar estimulante.
Le propuse, simplemente, que dejase de masturbarse con pornografía durante unas semanas. Durante esas semanas su cuerpo y su mente volvieron a sensibilizarse: fue recuperando la capacidad de fantasear, su cuerpo estaba más receptivo al contacto y a las sensaciones, se fijaba más en los estímulos eróticos de alrededor… hasta que dejó de tener dificultades para llegar al orgasmo con su mujer
No pasa siempre ni a todo el mundo
No caigamos en el error de creer que, si usamos porno, nos insensibilizaremos y ya no podremos prescindir de él. Hay personas más y menos sensibles a los efectos de la habituación; algunas, aunque consuman porno a diario, no notan estos efectos. Es importante escuchar nuestro cuerpo y nuestra mente, ver cómo reaccionan, conocerlos y adecuarnos a ello para disfrutar de nuestra sexualidad.
Antes comparaba el porno con el alcohol. El porno, como el alcohol, debe consumirse con moderación. El porno puede ser una herramienta fantástica para introducir en nuestra vida sexual, animarla y hacerla más creativa.
Ana Lombardía.
En este enlace encontrarás un programa de radio en el que hablo de este mismo tema.
por Ana Lombardía | Sep 28, 2017 | Blog, Sexualidad femenina
Hace unos meses vino a mi consulta una chica que no podía tener relaciones sexuales con penetración vaginal, pues sentía muchas molestias y dolor. Hemos estado trabajando en ello y, finalmente, ya puede tenerlas ¡y disfrutarlas! Le he pedido que comparta con vosotros cómo ha sido su proceso y su experiencia solucionando esta dificultad que tenía en la cama, el uso de los dilatadores, la relación con su pareja… Estoy muy orgullosa de todo el trabajo que ha hecho, del esfuerzo y de los resultados obtenidos. ¡Enhorabuena! Espero que su testimonio os guste tanto como a mi.
La penetración ya no me duele
Ir al psicólogo se lleva en silencio. Ir al sexólogo, más. Porque todo lo que tiene que ver con EL SEXO (así, en mayúsculas) se esconde.
Si hay algo que no funciona bien, te lo callas, te lo tragas. Y entonces, lo más tonto empieza a distanciarte de tu pareja. Piensas cosas que no son. Tienes celos, tienes envidia. Crees que eres un bicho raro porque todo el mundo está hablando de todo el sexo que practica y tú no. Te callas. Te cierras. Y tu vagina más. Cada vez más. Hasta el punto de que no eres capaz de ponerte un tampón. Ya no disfrutas en la cama. Todo te duele. No disfrutas estando con tu pareja. Cuando te abraza para convertiros en uno, haces fuerza para separar su cuerpo del tuyo.
Si llegas hasta ese punto, reza por tener una pareja que te quiera de verdad. Pero de verdad de la buena. Si tienes esa suerte, como fue mi caso, descubrirás muchas cosas sobre tu relación y volverás a sentirte querida, deseada, sexy… ¡Única a su lado!
Tras varios intentos fallidos de tratar de arreglarlo, tomas la decisión de acudir a un especialista. Lo consultas con tu pareja. Te apoya. Te ayuda cuando tienes que hacer ejercicios de dilatación. Es paciente cuando sabe que no puede haber penetración. Es más, dice que no le importa, que lo que él quiere es que tú disfrutes y que estés bien.
Ahí es cuando empiezas a relajarte, a sentirte más cómoda. Semana a semana vas progresando con los dilatadores. Te vas tranquilizando y le vas contando a personas de confianza la terapia que estás siguiendo… y, ¡oh, sorpresa! No todo son unicornios y arco iris. Empiezan a aparecer más y más personas con dificultades sexuales de todo tipo. Te dicen que eres muy valiente por lo que estás haciendo, te animan a continuar, se sorprenden por la sinceridad y naturalidad con la que tratas este tema.
Entonces, coges todavía más fuerzas para seguir adelante. Te vas dando cuenta de lo que te pasa a ti, le pasa a mucha más gente. Que no eres la única que coge cistitis al mínimo descuido, que no eres la única que no está cachonda 24/7, que lo de hacerlo una vez a la semana a veces no se consigue… En definitiva, que EL SEXO es otra cosa.
Descubres lo que es EL SEXO cuando hablas de ello sin tapujos, con tus amigos, con un especialista… hasta con tus padres (ellos me han enseñado lo que es el amor y lo que significa vivir en pareja, aunque no estemos de acuerdo en todo, ¿eh?).
De repente, consigues que el dilatador más complicado entre fácilmente. Vuelves a reír con tu pareja cuando tenéis relaciones sexuales. Ya no te duele. Ya no te acuerdas de nada. Solo puedes concentrarte en ese momento en el que te vas a sentir flotando, con la cabeza en la nada. Te das cuenta de que EL SEXO no es algo normalizado, que cada pareja lo vive a su manera y que tú eres feliz así (haciendo lo que quieras, cuando quieras, donde quieras y las veces que quieras).
por Ana Lombardía | May 16, 2017 | Blog, Sexualidad, Sexualidad femenina, Sexualidad masculina
Las fantasías eróticas son imágenes, historias, que construimos en nuestra cabeza y que tienen un contenido que nos excita y erotiza. Tener fantasías eróticas es muy saludable, pues nos permiten disfrutar de nuestra sexualidad de una manera segura, divertida y placentera. Con frecuencia vienen a mi consulta personas preguntando cómo tener una fantasía erótica. Hay personas que están muy acostumbradas a fantasear y construyen con facilidad fantasías en su mente. Otras, por el contrario, no tienen ese hábito y les cuesta concentrarse, evocar escenas excitantes y dejarse llevar por ellas.
Ventajas de tener fantasías eróticas
Tener fantasías eróticas está lleno de ventajas. Vamos a comentar algunas de ellas.
Están libres de riesgos. Las fantasías, como ocurren sólo en tu mente, son totalmente seguras. No hay peligro de embarazo no planificado, de contraer una infección o de que te hagan daño emocionalmente. Tú construyes tu historia, es como tú quieres y listo
- Total libertad. En las fantasías ¡todo vale! Cuando te preguntes cómo tener una fantasía erótica, solo recuerda que no hay reglas ni normas. Sólo lo que tú quieras. Las fantasías no se tienen por qué llevar a la práctica, así que hasta lo más descabellado e inapropiado en la “vida real” es legítimo en tu cabeza
- Son muy saludables. Tener fantasías eróticas es muy saludable. Estimulan la mente y el cuerpo, liberan endorfinas, nos ponen contentos, nos permiten disfrutar como queramos…
- Erotizan la mente. Las fantasías estimulan la mente, la mantienen activa y despierta. Además, al ser de contenido erótico, aumentan nuestro deseo sexual y nos mantienen receptivos a disfrutar de la sexualidad
- No es necesario llevarlas a la práctica. Las fantasías están para disfrutarlas en la cabeza ¡no es necesario llevarlas a la práctica! Lo bueno de las fantasías es que nos permiten disfrutar de experiencias que no queremos –o no podemos- tener en la vida real
Cómo tener una fantasía erótica
Tener fantasías eróticas es un hábito de pensamiento. Hay gente que está acostumbrada a utilizar su mente y a hacerla funcionar teniendo fantasías de contenido sexual, y otras no. Para los que no están acostumbrados, vamos a comentar algunas reglas que nos guiarán y nos facilitarán este fantástico pasatiempo.
- Deja que la mente fluya. Saca las ideas a pasear, sin más. No hay reglas, no hay normas, nada de nada. Simplemente busca una idea, concéntrate en ella y deja que te lleve
- No busques una línea argumental lineal. Las fantasías no tienen por qué ser como una película, con un inicio, un nudo y un desenlace. Las fantasías bien pueden ser una serie de escenas inconexas y sin sentido entre sí. Ve a saltos, adelante y atrás, sin sentido, de una escena a otra…
No juzgues tus fantasías. Como hemos comentado antes, en las fantasías todo vale. Todo es todo, de verdad. Las fantasías son lo más libre, individual y auténtico que podemos tener, así que no juzgues si está bien o mal, si es apropiado o si deberías estar pensando en eso. Feel free
- Si se te va la cabeza a otra cosa, no pasa nada. Es posible que, si no estás acostumbrada a pensar en este tipo de contenidos, te cueste concentrarte y divertirte con ello. Si se te va la cabeza a otras cosas, no pasa nada. Simplemente, vuelve a donde lo habías dejado (o a otro punto distinto) y listo. Es normal que eso pase, incluso a las personas ya habituadas a fantasear
- Escribe un relato. Si al principio te cuesta y no se te ocurre en qué pensar, escribe tu propio relato erótico. Esto sí puedes hacerlo con inicio, nudo y desenlace. Describe el ambiente, la situación y a las personas; eso te ayudará a llevar la mente a la situación. Después, ve describiendo las escenas que se van sucediendo. Qué hacéis, cómo os tocáis, qué decís… cuantos más detalles des, más vívida será la fantasía. Después, podrás utilizar tu propio relato para fantasear
- Lee fantasías de otras personas. Prueba a leer los relatos eróticos o las fantasías de otras personas. Internet está lleno de páginas en las que la gente sube sus propios cuentos eróticos. Échales un vistazo, pueden darte ideas. Si quieres, pídeme que te mande un libro en pdf con una antología de fantasías eróticas femeninas. Cuando lo leas, verás que no hay normas respecto al cómo tener una fantasía erótica
Las fantasías eróticas las puedes elaborar en tu cabeza mientras vas en el autobús, cuando vas andando por la calle, mientras de duchas… ¡cualquier momento es válido si te permite centrar tu mente en ello! Las fantasías también se utilizan para erotizar el cuerpo y la mente a la hora de masturbarte. Muy a menudo en mi consulta las personas no saben cómo tener una fantasía erótica para masturbarse; estas pautas que os he escrito son algunas de las que les doy para que le vayan “cogiendo el tranquillo” a esto de fantasear
Ana Lombardía.
por Ana Lombardía | Feb 27, 2017 | Blog, Dudas de nuestros lectores, Salud, Sexualidad, Sexualidad femenina
¡Hola Ana!
Ya he leído otra pregunta de otra lectora, que preguntaba cómo subir su autoestima sexual (sin depender de la pareja). Pero aún así quería mandarte la mía.: mi cuerpo ha cambiado tras el embarazo y está afectando a mi sexualidad.
Tengo 27 años y hace un año que tuve a mi maravilloso hijo, se me han quedado un montón de estrías y el ombligo caído, ahora que dejé la lactancia se me ha quedado el pecho súper pequeño de golpe y caído… y para más inri soy madre soltera. Además por ahi abajo se me ha quedado todo “agrandado”, aunque hago mis ejercicios de kegel para estar en forma. Quiero retomar mi vida sexual, especialmente ahora que he conocido a una persona y me gustaría que pasara algo más entre nosotros, pero de pronto me encuentro con muchísima inseguridad en mí mismaque no sé cómo mejorar. Nunca me he considerado una persona superficial, pero cuesta asimilar tanto cambio físico de golpe. ¿Me podrías dar algún consejo?
Lo que te sucede es normal: son muchos cambios físicos muy radicales en poco tiempo y es normal que te cueste acostumbrarte a ellos. Los cambios en nuestro cuerpo normalmente suelen ser más paulatinos y nos da tiempo a acostumbrarnos a ellos o a ponerles remedio en cuanto empiezan a aparecer pero, con el embarazo, eso no es posible.
Debes saber que no eres la única ni la primera a la que esto le sucede: a todas las madres les cambia el cuerpo en mayor o menor medida después del embarazo y el parto. También debes saber que tu vida sexual puede continuar con todos estos cambios.
Como mejorar tu relación con tu cuerpo tras el embarazo
- Asume que tu cuerpo ha cambiado: tu cuerpo ahora es distinto ¡y está bien! El cuerpo de todas las personas -hombres y mujeres- va cambiando con el tiempo y las circunstancias y creer que debe mantenerse siempre de la misma manera es inútil y muy frustrante.
Tu cuerpo es bello:siempre nos dicen que el cuerpo de una mujer tiene que ser esbelto, delgado, suave, terso y firme… ¡pero no tiene por qué ser así! Aunque suene a tópico, hay muchas formas de belleza y a cada persona le gusta una cosa distinta. La maternidad tiene un componente erótico muy alto para muchas personas y puede excitarles mucho. Los signos que ha dejado en tu cuerpo el embarazo y el parto son símbolos de algo precioso que has tenido -un bebé al que adoras- y, por ello, son bonitos
- Expresa y comparte tu malestar con tus nuevas parejas: si te sientes incómoda, te da vergüenza o miedo tener relaciones sexuales háblalo con tu pareja. Coméntale lo que te pasa, lo que sientes, tus preocupaciones al respecto… Os servirá para entablar más confianza y conoceros mejor el uno al otro. Además, podrá tranquilizarte, animarte y quitarte miedos de encima
- ¡Si alguien se acuesta contigo es porque quiere!:si alguien te elige es porque le gustas, porque le atraes, porque le pones cachondo/a… Si está contento/a contigo… ¡no seas tú quien se preocupe!
- Ponte manos a la obra para cambiar lo que no te gusta: muchos de los cambios que se han sucedido en tu cuerpo son reversibles o pueden aliviarse
- Ejercicos Kegel para fortalecer el suelo pélvico: sigue con ellos ¡te irá muy bien! Incluso puedes acudir a un fisioterapeuta del suelo pélvico que te ayude con los ejercicios Kegel y, además, te enseñe otros que funcionan a las mil maravillas
- Cremas: te irán muy bien para reparar la piel dañada
- Ejercicio aeróbico: te ayudará a quemar grasas y a bajar de peso si es que lo has cogido con el embarazo
- Ejercicios de tonificación: pesas, musculación, pilates… te pondrán en forma de nuevo
- Alimentación adecuada: consulta con tu médico para que te recomiende un estilo de alimentación apropiado para tí
- Algunos cambios no son reparables: las estrías o el pecho caído pueden aliviarse… pero no repararse del todo ¡a no ser que pases por cirugía! Te recomiendo que, antes de tomar una decisión tan drástica como esa, pruebes todas las opciones anteriores
- Siempre te toparás con algún/a imbécil: siempre corres el riesgo de encontrarte con algún atontado/a que se queje o no le guste tu cuerpo ¡no te voy a engañar! pero ese riesgo lo corrías también antes del embarazo. Lo más importante es que tú estés contenta
Si aun así no consigues estar a gusto con tu cuerpo, vente un día a mi consulta y hablamos de ello; se pueden hacer muchas cosas en consulta para solucionarlo. Estoy aquí para lo que necesites. Además, si no vives en Madrid, podemos vernos por Skype -mi usuario es sexoenlapiel.
¡Un beso fuerte!
Ana Lombardía.