por Ana Lombardía | Ene 29, 2017 | Blog, Sexualidad femenina
Quería compartir con vosotros este mensaje que me llegó hace un par de días. Es de una chica que, tras escuchar los consejos que dimos Sergio Fosela y yo en la radio para alcanzar el orgasmo vaginal ¡lo ha conseguido! Sus palabras de agradecimiento son preciosas, ¡muchas gracias! Espero que su testimonio os sirva para ver que sí se puede tener orgasmos vaginales y que os anime a intentarlo.
Buenas tardes Ana.
Te sigo desde hace poco porque me encanta la claridad y la utilidad de todo aquello que publicas, mi más sincera enhorabuena por acercar a la gente a su sexualidad.
Te hablo para darte las gracias. Tengo una vida sexual muy activa, conmigo misma y con los demás. Disfruto muchísimo de ella, sin embargo nunca había sido capaz de tener un orgasmo vaginal, ni masturbándome ni manteniendo relaciones sexuales, solo había alcanzado el orgasmo a través de estimulación del clítoris, y experiencias geniales de squirt pero que nunca he identificado ni sentido como un orgasmo propiamente dicho.
El otro día escuché el programa de Cadena Ser porque estaba súper interesada en intentar alcanzar el orgasmo vaginal, yo siempre he sabido que era una incapacidad psicológica, de no dejarme llevar y atender únicamente a la excitación que sentía.
Tras oírlo decidí estar unos días sin masturbarme e intentar hacerlo únicamente mediante estimulación vaginal y siguiendo los consejos que diste….y llegoooooó!!!! He conseguido tener un orgasmo vaginal. Guuuuauuuuu fue increíble, como si una puerta nueva de mi sexualidad y mi cuerpo hubiera sido desbloqueada jajajaja y al menos ya me siento capaz de llegar de esa forma y sé que ya es estimular el reflejo y seguir avanzando!!
Mil gracias Ana!!
¡¡No habría sido posible sin tu ayuda!!

Recordad que, si os cuesta, podemos trabajarlo en la consulta. Además, de vez en cuando impartimos un taller para aprender a tener orgasmos vaginales. Consultad la próxima fecha que tenemos programada.
por Ana Lombardía | Nov 21, 2016 | Blog, Salud, Sexualidad, Sexualidad femenina
Cuando la penetración causa dolor puede suponer un gran problema a la hora de disfrutar de la sexualidad con normalidad. El vaginismo es cuando la penetración vaginal supone tanto dolor a la mujer que resulta imposible realizarla. Muchas mujeres acuden a la consulta de sexología cuando no son capaces de superar esta dificultad por sí solas.
Algunas causas del vaginismo
El vaginismo está causado porque, cuando el pene se acerca a la entrada de la vagina, ésta se contrae con fuerza, impidiendo que el pene entre. El pene, al hacer fuerza para entrar, produce un dolor muy desagradable. Como duele, la vagina se contrae aún más, por lo que se hace imposible que el pene acceda. Los motivos por los que la vagina se contrae son diversos. Vamos a comentar algunos de ellos:
Miedo al embarazo. El miedo a sufrir un embarazo no deseado puede hacer que la mujer contraiga la vagina cuando el pene se acerca a ella
- El miedo al dolor. Si crees que la penetración va a doler… ¡te dolerá! Si te da miedo, tu cuerpo se tensará, y tu vagina también. El pene, al intentar entrar, no podrá, y eso causará el dolor
- Experiencias pasadas dolorosas. Si en el pasado has tenido una experiencia dolorosa con la penetración vaginal es posible que te de miedo que ese dolor se vuelva a repetir y, por tanto, tenses la vagina
- Creer que tu vagina es muy pequeña. Si crees que tu vagina es demasiado pequeña para que entre un pene, te dará miedo y, por tanto, tensarás y te dolerá. La vagina es muy elástica y, si estás excitada, podrá acoger el pene sin dolor alguno
- Falta de deseo y/o excitación. Si no te apetece el sexo o no estás lo suficientemente excitada, tu cuerpo no estará relajado y tu vagina no estará lubricada. Por tanto, el pene no podrá entrar y te dolerá
- Problemas de pareja. Si estás enfadada con tu pareja, no confías en ella o no tenéis una buena relación por el motivo que sea, no estarás relajada, no disfrutarás del sexo y, por tanto, te dolerá
- Miedo a las infecciones de transmisión sexual. Si temes contraer una infección al tener relaciones sexuales con penetración, estarás tensa y te dolerá. El uso del preservativo es muy eficaz contra las infecciones
- Creer que tus genitales o el sexo es algo sucio. Si crees que tus genitales o la sexualidad en general es algo sucio, impuro o desagradable no te permitirá disfrutar y vivir el sexo con naturalidad. En ese caso, no estarás relajada y te dolerá
Cómo solucionar el vaginismo
Para solucionar esta dificultad hay que eliminar la tensión que se produce al contraer la vagina, para hacer que el pene entre con facilidad. Para ello, en la consulta seguimos una serie de pasos muy sencillos para que la mujer pueda tener penetración vaginal con facilidad y disfrutar de ella
- Lo primero es descartar una causa física. No es la causa más frecuente, pero es fundamental descartar algún problema físico que pueda estar causando ese dolor mediante una exploración ginecológica
- Después, averiguaremos qué causa el vaginismo. Charlando con la mujer iremos descubriendo cuál es el miedo, creencia o situación que causa la tensión en la vagina cuando se acerca el pene
- A continuación, eliminaremos ese miedo, creencia o situación. Lo haremos cambiando los pensamientos erróneos que puedan estar causando miedo, mejorando la relación de pareja, reeducando la sexualidad de la mujer o del amante…
¿Y si aun no puedo tener penetración?
Es posible que, una vez que hayamos eliminado la causa fundamental que provoca que la mujer tense la vagina (el miedo, creencia o situación que lo genera) aun no pueda tener penetración. Esto es debido a que ha aprendido a tensar la vagina, de manera refleja, cada vez que el pene se acerca. Si esto sucede, comenzaremos a usar los dilatadores.
- Los dilatadores son algo así como unos cilindros de silicona, de forma similar a un pene. Existen en diferentes tamaños. Los usaremos para irnos acostumbrando, progresivamente, a recibir dilatadores de mayor tamaño cada vez
- Antes de empezar a usarlos, nos entrenaremos en técnicas de relajación de respiración. Esto nos ayudará a estar lo más relajadas posibles a la hora de utilizarlos
- Empezaremos con un dilatador de tamaño pequeño. La mujer, en su casa, después de haberse relajado, lo introducirá despacio en su vagina. Usará lubricante para facilitar la tarea
- Una vez pueda introducir ese dilatador pequeño en su vagina con facilidad, cogerá uno de un tamaño mayor… hasta alcanzar el tamaño del pene de su pareja
- Este proceso suele durar varios días o varias semanas. El entrenamiento con los dilatadores es progresivo -de menor a mayor tamaño
Una vez podemos introducir el dilatador que se corresponde al tamaño del pene de nuestra pareja, empezamos a practicar en la realidad con el pene del chico. Lo haremos también de manera progresiva, poco a poco, llevando el control y cediéndolo progresivamente a nuestra pareja. Durante todo el proceso iremos despacio para que sea fácil, natural e indoloro.
En la consulta ayudo a muchas mujeres a seguir este proceso, guiándolas, acompañándolas y corrigiendo los posibles fallos que cometen. Al finalizar, estas mujeres pueden tener penetración vaginal con sus parejas con facilidad y aprenden a disfrutar de ella. Si quieres, puedes contactarme para acudir a la consulta o venir a una charla para saber más del tema.
Ana Lombardía.
por Ana Lombardía | Nov 7, 2016 | Blog, Sexualidad femenina
La eyaculación femenina es un tema del que, como sexóloga, me preguntan mucho últimamente. El mundo de la pornografía nos lo muestra con bastante frecuencia y es causa del interés de muchísimas personas. Vamos a comentar algunas cuestiones acerca de la eyaculación femenina para saber qué es, cómo se produce y cómo conseguirla.
Qué es la eyaculación femenina
- La eyaculación femenina no es lo mismo que el squirting. Pincha en este enlace para ver en qué consiste el squirting
- Hablamos de eyaculación femenina cuando la mujer expulsa una cantidad variable de un líquido blanquecino y espeso a través de la vagina durante un encuentro sexual
- Se diferencia del flujo normal propio de la excitación sexual porque puede ser más abundante y su composición química es distinta
- El líquido que se expulsa no es pis; su composición es totalmente distinta
Cómo se produce la eyaculación femenina
- Se produce cuando la mujer está muy excitada, relajada y descontrolada
- No tiene por qué ir asociada necesariamente con el orgasmo. Muchas veces se produce en el momento del orgasmo, pero muchas otras veces las mujeres la experimentan sin haber tenido un orgasmo
- Se produce de forma involuntaria. A diferencia del squirting, la eyaculación femenina no es algo que se pueda provocar de manera voluntaria, sino que aparece sin buscarla
- No tiene por qué asociarse a la estimulación del punto G. Aunque muchas veces se produzca mediante la estimulación de este punto, también puede conseguirse con la excitación del clítoris o de otra zona erógena de la mujer
¿Yo puedo eyacular?
Aunque las investigaciones al respecto aun no han llegado demasiado lejos, parece que todas las mujeres tienen el potencial de eyacular.
No todas las mujeres han aprendido a descontrolar y dejarse llevar en la cama. Estas mujeres tendrán más dificultades para eyacular, pero no significa que no puedan conseguirlo. La eyaculación no está necesariamente unida a un mayor placer ni satisfacción en la cama.
Algunas mujeres eyaculan, pero no se dan cuenta. Esto sucede cuando el líquido que expulsan no es muy abundante y, por tanto, no lo distinguen del flujo propio de la excitación sexual. La única manera de distinguirlo es analizando la composición química del fluido en un laboratorio, por lo que no es algo que podamos hacer fácilmente en casa.
Como acabamos de comentar, la eyaculación en las mujeres no es algo que podamos provocar voluntariamente, pero sí hay algunas condiciones que facilitan que esto suceda. Estar relajada, muy muy excitada y descontrolar al máximo facilitan que suceda.
¿Si eyaculo el encuentro sexual será más placentero?
No tiene por qué. El fluido no hace que la relación sexual sea más placentera en sí misma. Muchas veces va asociado a un mayor descontrol en la cama y, por tanto, lo asociamos con mayor placer… pero el líquido en sí mismo ni su expulsión son placenteros en sí mismos.
Es posible que el hecho de sentirte húmeda o de expulsar un fluido te resulte excitante y, por tanto, muy placentero. Puede que tu pareja también disfrute y se excite viendo sale el fluido y cómo te humedeces y, por tanto, le resulte una experiencia muy placentera, morbosa y fantástica. En ese caso, será una experiencia estupenda para los dos.
Hay personas a las que un líquido muy abundante puede causarles rechazo: pueden sentir asco, repulsión o inquietud ante tal fenómeno. Es importante aclarar que es un líquido totalmente normal, limpio y natural. Si te preocupa mojar la cama, no tienes más que poner una toalla bajo tu cuerpo o un empapador de colchones y ¡listo! En muchas tiendas eróticas venden empapadores especialmente pensados para estas prácticas. Aunque pueda resultar escandalosa, la eyaculación es algo normal tanto en hombres como en mujeres.
¿Y si tengo más dudas?
Lo cierto es que, a día de hoy, no están muy claras muchas cuestiones acerca de la eyaculación de las mujeres y el squirting. Queda mucho por investigar y aprender en este terreno. Si quieres profundizar en este tema, te recomiendo que leas un artículo de Paco Cabello en el que aclara muchas de las dudas al respecto que pueden surgir. Es uno de los estudios más recientes que se han publicado sobre la eyaculación de las mujeres. Si me lo pides, te lo mando en pdf encantada.
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Ana Lombardía.
por Ana Lombardía | Sep 26, 2016 | Blog, Sexualidad femenina
Os dejo el testimonio de una mujer de treinta y pocos años que llegó a mi consulta porque no podía tener relaciones sexuales con penetración, pues sentía mucho dolor. Tras unos meses trabajando juntas, su pareja y ella disfrutan de la penetración sin ninguna dificultad. Le he pedido que os cuente cómo fue su experiencia durante la terapia. ¡Allá va!
He solucionado el vaginismo. Siempre había sentido dolor al practicar relaciones sexuales con penetracion (e incluso llegaba a la imposibilidad de tenerlas), lo cual me generaba bastante frustración, fundamentalmente en la relación con mis parejas, ya que yo disfrutaba de otras formas de tener sexo, aunque sin ser muy consciente de ello…El caso es que una serie de circunstancias que se dieron en mi vida en un momento determinado y las ganas de ir “deshaciendo bloqueos”, me llevaron a tomar la decisión de ir a una terapia y afrontar el problema de una vez por todas, para que no supusiera una limitación constante en mi sexualidad.
Una de las primeras cosas de las que Ana quiso que me diera cuenta es de que yo no tenía ningún problema con mi sexualidad, ya que la disfrutaba plenamente de otras formas…Lo único en lo que íbamos a trabajar era en “ampliar el repertorio” y que la penetración fuera una práctica sexual más de la que pudiera disfrutar sin dolor en el momento que me apeteciera. La verdad es que eso me quitó un peso de encima y le dio otro enfoque distinto a la terapia (toda mi vida pensando que la penetración era lo realmente importante en una relación sexual y ahora resulta que en realidad sólo es una manera más, por mucho que nos lo hayan vendido de otra forma!…descubrir y vivir eso de verdad fue realmente interesante…).
He solucionado el vaginismo.
El trabajo en terapia duró unos meses y tuve que ser constante en hacer los ejercicios de forma continuada y sistemática…Yo era la que tenía que hacer el trabajo fundamental, pero inevitablemente, al tener pareja, mi chico también tuvo que involucrarse en alguna parte del trabajo, y lo más importante de todo, supo apoyarme en todo momento e implicarse en el proceso.
Aunque en un principio supuso un cierto “descoloque” y esfuerzo para él (y para mi), al final la terapia ha resultado enormemente beneficiosa para los dos: yo he conseguido tener relaciones sexuales con penetración y disfrutar de ellas, y mi pareja ha descubierto nuevas formas de disfrutar del sexo sin tener necesariamente que practicar la penetración. Tal y como Ana me planteó, se trataba simplemente de ampliar el repertorio para disfrutar más de la manera en que nos apeteciera a los dos en cada momento…
Estoy orgullosa de haber tomado la decisión de empezar y continuar la terapia hasta el final (hay que echarle un poco de valentía y paciencia, pero merece la pena) y muy agradecida, tanto a Ana por todo lo aprendido con ella en las sesiones, como a mi pareja, por el apoyo y la comprensión durante todo el proceso.
por Ana Lombardía | May 16, 2016 | Blog, Sexualidad femenina
Finjo los orgasmos y quiero dejar de hacerlo. La gran mayoría de las mujeres ha fingido un orgasmo en uno u otro momento de su vida. Algunas lo hacen de forma puntual, por ejemplo, cuando un día no consiguen correrse por el motivo que sea y quieren que su pareja de por terminado el encuentro sexual. Otras, fingen los orgasmos de manera habitual, ya sea con su pareja o con relaciones casuales.
A veces llega un momento en que estas mujeres se cansan de simular su placer y quieren empezar a disfrutar de verdad. Las que no tienen una pareja estable no tienen más que enseñar a sus nuevos compañeros sexuales cómo estimularlas para llegar al orgasmo, dejando las mentiras a un lado desde el principio. Las que tienen una pareja estable lo tienen más complicado: ¿cómo le dices a tu chico que, todo aquello que siempre te hace, en realidad, no te gusta? ¿Cómo le explicas que, en realidad, nunca o casi nunca has llegado al orgasmo con él? ¿que vuestra vida sexual no tan satisfactoria para ti como él cree?
Finjo los orgasmos y quiero dejar de hacerlo
Tengo pareja estable, finjo los orgasmos y quiero dejar de fingirlos para empezar a tenerlos. Si este es tu caso, voy a comentarte algunas claves para llevar a cabo el proceso minimizando la posibilidad de herir a tu pareja, de arruinar vuestra vida sexual o de destruir la relación.
- La primera opción que tienes, la más obvia y directa, es la de ser sincera: dile que le quieres, que te encanta meterte en la cama con él, pero que tienes dificultades para llegar al orgasmo y que lamentas no habérselo dicho antes, pues tenías miedo de herir sus sentimientos. Sé asertiva y asume tu responsabilidad en el asunto: si tú no llegas al orgasmo con él es porque no le has enseñado cómo hacerlo… o porque tú misma no tienes ni idea de cómo lograrlo. Es muy importante desculpabilizarle a él y asumir tu papel en todo esto. Explícale también que quieres cambiar la situación y aprender a disfrutar al máximo con él
Esta opción es para las muy valientes y para las relaciones a prueba de balas. Una confesión como ésta puede hacer que la relación más estable se tambalee, así que es importante llevarla a cabo en un buen momento y con mucho tacto. Si no te atreves con esta opción, te comento algunas maneras más de hacerlo:
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De manera cautelosa y progresiva, coméntale que estás experimentando cambios en tu manera de vivir la sexualidad, que te sientes diferente y que vives las relaciones sexuales de otra manera. Incide en que es un cambio positivo, que te hará disfrutar aun más y que enriquecerá vuestra relación de pareja.
- Cuéntale que quieres probar cosas nuevas: juegos nuevos, prácticas nuevas, formas de estimularos nuevas…
- Proponle dejar de hacer lo que hacéis siempre en la cama y jugar a exploraros y descubriros de nuevo: conocer vuestros cuerpos de nuevo, descubrir nuevas formas de placer, caricias nuevas…
- Todo esto debe llevarse a cabo con el único objetivo de pasároslo bien y de disfrutar. El objetivo no debe ser llegar al orgasmo, sino el placer por el placer. De esta manera te quitarás la presión de tener que llegar al orgasmo y, por otro lado, disfrutaréis más de lo que estéis haciendo
- Suele funcionar muy bien jugar a prohibir la penetración y el llegar al orgasmo, las dos cosas que parece que nunca pueden faltar en una relación sexual. Al hacerlo, te obligas a buscar nuevas formas de disfrutar y de aumentar la excitación
Si tus dificultades para llegar al orgasmo no tienen que ver únicamente con tu pareja, sino que también te cuesta llegar a solas, lo mejor es que nos consultes para que te ayudemos a solucionarlo. También podemos resultarte útiles para descubrir cómo llegar al orgasmo en pareja, utilizando formas de estimularte nuevas y aprendiendo a desinhibirte.
Ana Lombardía.
por Ana Lombardía | Mar 14, 2016 | Blog, Sexualidad femenina
Desde hace un par de meses tengo en la consulta a una chica que vino porque tenía tantas molestias a la hora de tener relaciones sexuales con penetración que no conseguía hacer el amor con su pareja -lo que se conoce como vaginismo. Uno de los motivos por los que esto le pasaba era la extrema importancia que le daba a la penetración: era fundamental que pusiese este tipo de práctica en el lugar que se merece -sólo es una práctica más- y que relativizase la importancia de lo que le estaba pasando. Tras hablar un montón sobre el tema le pedí que escribiese una reflexión al respecto y esto es lo que escribió:
María, ¿de verdad crees que la penetración es tan importante?
Le pongo este título a esta reflexión por eso mismo, porque es algo que me tengo que decir más a menudo. Pararme unos segundos, escucharme, sentirme tranquila y disfrutar.
La sociedad insiste en que el mejor orgasmo es aquel que se produce por penetración. Si eres capaz de ir en contra de la sociedad en otros aspectos de tu vida, ¿por qué esto te influye tanto, María? El mejor orgasmo siempre va a ser el que tengas con Rubén. ¡Da igual cómo llegue! ¡Como si es haciendo el pino mientras sujetas un plátano con la mano izquierda! Lo que importa es vivir ese momento juntos y disfrutar cada segundo de ese momento único e indescriptible.
Todo eso es muy bonito, pero sabes que el orgasmo real es el vaginal. Espera, ¿quién ha dicho eso? ¿Quién estipula lo que es real, mejor o peor en una relación? Eso es algo que tengo que solo Rubén y yo sabemos. Sobre todo es algo que sólo sé yo, que sólo lo siento yo. Por lo tanto, yo decido qué es lo más placentero para mí.
Por mucho que insistas, sabes que Rubén con lo que más disfruta es con la penetración. Aunque no lo diga. ¿Estás segura? Le conoces mejor que nadie, aunque a veces te sorprenda, y sabes de sobra que si hay algo que no le gusta, lo dice o te lo hace saber de algún modo. Además, si él insiste en que así está bien, ¿por qué no le crees? Confía en él. Debes confiar en él. Es imprescindible que confíes en él. ¿Qué gana no siendo sincero en este aspecto? Él quiere disfrutar contigo, igual que tú.
A estas alturas, ¿a que empiezas a dudar de eso de que si no hay penetración no hay nada? Pues sí… Aunque me sigue pareciendo que es un esfuerzo extremo. Claro, pero es normal. No estas mentalizada para ello y tu cuerpo no está preparado para ello. Todavía. Estás constantemente pensando en experiencias pasadas y automáticamente te pones tensa. Antes no lo veías como un gran esfuerzo. Simplemente era algo que pasaba y disfrutabas. No te preparabas para ello como si fueras a salir a correr una media maratón. Debes estar tranquila y confiar en Rubén, porque lo último que quiere es hacerte daño o que lo pases mal.
Vale, pero… ¿Las molestias y la cistitis? Volvemos a lo mismo. Te basas en experiencias pasadas y te pones la venda antes de tener la herida. Tienes que desechar ese pensamiento porque es una generalización y como todas las generalizaciones, no es verdad. Habrá veces que pueda pasar, otras que no. Y si pasa, pues mala suerte, estarás unos días mal, con molestias, tomando medicamentos. ¡Claro, mujer, hay medicamentos que te ayudarán a curarlo! ¡No te vas a morir! Además, sabes perfectamente las condiciones de higiene que debes seguir.
María, hagas lo que hagas: VÍVELO. DISFRÚTALO. COMPÁRTELO. APRÉNDELO.