Soy un chico que decidió asistir a la consulta de Ana Lombardía, como sexóloga para tratar de solucionar algo que para mi era un hecho importante a la hora de disfrutar mis relaciones sexuales. No conseguía poder fluir porque llegaba al orgasmo antes de sentirme satisfecho, quería aprender a controlar la eyaculación.
Me crucé en el camino de Ana por casualidad, justo después de haber descubierto una cualidad que tenía y que no había llegado a explorar en profundidad. Esto fue lo que me hizo decidirme a ir a consulta, pese a que sentía una mezcla de miedo y vergüenza.
Durante nuestro trabajo, descubrí que existían otros factores a parte de llegar al orgasmo que no me dejaban sentirme satisfecho durante las relaciones. Fuimos trabajando semana tras semana, hasta que cuando quise darme cuenta, me volví a mirar y no era para nada la persona que era cuando llegué a consulta.
Ahora mismo, el control que tengo sobre el orgasmo es mucho mayor y aunque tengo todavía que seguir trabajando, en la actualidad consigo llegar a sentirme plenamente realizado en las relaciones, dado que he conseguido disfrutar de muchas partes que antes obviaba por estar pendiente del placer “clásico” y porque además he descubierto que puedo llegar a sentir placeres que antes de ir a consulta, consideraba únicos de las mujeres, porque hasta entonces yo no había conseguido acceder a ellos.