Dos chicas “hetero” en un local de ambiente

Unas amigas de Sexo en la Piel nos llamaron y nos contaron la siguiente experiencia: ¡No os la perdáis!

Sábado, 3 de la madrugada. Dos amigas “hetero” con un excitante y recientemente descubierto interés por las mujeres salen de fiesta.

local de ambienteDespués de dar un par de vueltas decidimos entrar en Fulanita de Tal Vip, el local de ambiente para chicas por excelencia del madrileño Barrio de Chueca. Al entrar comprobamos que, efectivamente, es un local de chicas: sólo había 4 o 5 chicos en todo el local. Dos plantas, dos músicas distintas; en la planta de abajo descubrimos a un DJ fantástico, así que nos quedamos allí.

Nos apostamos junto a una columna en el centro del local, pedimos un zumo y nos dispusimos a observar a nuestro alrededor. Grupos de chicas bailaban, bebían y se diviertían. A las 5 de la madrugada salimos del local… bastante desconcertadas. Ya en la calle nos pusimos a comentar la noche: ¿qué había pasado? O mejor dicho… ¿qué no había pasado? Porque esa era la clave ¡lo que no había pasado!

No sé exactamente lo que esperábamos cuando fuimos allí, pero lo que sucedió nos chocó batante. Modestia aparte, somos dos chicas bastante atractivas acostumbradas a ligar a saco +cuando salimos por la noche… pero aquella noche no fue así. Ninguna chica se nos acercó a hablar, ni nos dijo piropos, ni nos ofreció invitarnos a una copa… ¡nada de nada!

Dejando a un lado la autoestima y el orgullo herido llegamos a la siguiente conclusión: en los locales de “heteros” las chicas estamos acostumbradas a que los chicos nos “entren” y no nos dejen en paz en toda la noche

local de ambientePero en el Fulanita de Tal no había chicos… sino chicas. Y por muy lesbianas que sean, su forma de ligar y seducir no se parece en nada a la de los chicos hetero. No te “acosan”, no te dan “la brasa”, no son tan explícitas en sus intenciones… Salimos del bar sin tener NI IDEA de cómo ligar con mujeres… ni de cómo conseguir que ligasen con nosotras,  que es mucho más cómodo, la verdad sea dicha.

Totalmente descolocadas, nos dimos cuenta de que, si queríamos intimar con mujeres, tendríamos que liarnos la manta a la cabeza y aprender a ligar. Tan expertas como nos creíamos en “el mundo de la noche”, nos dimos cuenta de que estábamos más perdidas que un gato en un garaje en el “ambiente”. Menuda cura de humildad.

Y por mucho que nos quejemos de lo pesados que son los tíos hay que reconocer que es muy cómodo que sean así; de hecho, ¡hay que reconocerles el mérito! Dejando a un lado a los groseros y maleducados, hay que ser muy valiente para acercarse a la persona que te gusta y enfrentarte a una muy posible negativa por su parte. Porque las chicas hetero, al final, lo único que suelen hacer para ligar es mandar una mirada de consentimiento para que su “pretendiente” se acerque a hablar con ella. Nada más. Qué mal acostumbradas estamos.

Ahora nos toca aprender los “códigos” que se manejan en el ambiente para ligar, pues no nos quedó muy claro cómo se demuestran entre ellas que se gustan e inician el flirteo. Tendremos que repetir la experiencia, observar con atención y tirarnos a la piscina hasta que aprendamos, por ensayo y error, a ligar… porque esta claro que, si no nos lanzamos nosotras, nos vamos a quedar “a dos velas”.

Ana Lombardía.

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