Desinterés por la sexualidad

Desinterés por la sexualidad

Es muy frecuente que muchas persona acudan a mi consulta porque sienten un gran desinterés por la sexualidad: todo lo relacionado con el sexo les resulta poco llamativo, no sienten curiosidad y por ello y, además, este no juega un papel relevante en sus vidas.

Por lo general, estas personas suelen decirme que lo que les pasa es que “tienen bajo deseo sexual” pero, en realidad, el desinterés por la sexualidad es algo distinto. Cuando se tiene bajo deseo sexual sí se desean las relaciones sexuales, pero con poca frecuencia y, además, cuando se tienen, suelen ser placenteras. En cambio, cuando no hay interés por la sexualidad es porque es algo que no nos resulta especialmente atractivo, llamativo y placentero –y, por tanto, el deseo aparece con menos frecuencia.

Algunas causas de la falta de interés por la sexualidad

El sexo no forma parte de las prioridades: no es algo que se tenga en mente en el día a día y otras áreas de la vida resultan más relevantes (el trabajo, la meternidad/paternidad, los estudios, un hobby…)

desinterés por la sexualidad

El sexo no es especialmente placentero o divertido: se prefieren otras formas de ocio, muestras de afecto y autocuidado. Por ejemplo, la afectividad no genital, los baños de espuma o los masajes resultan mucho más interesantes y atractivos.

Las causas por las que alguien puede sentir desinterés por la sexualidad son muy variadas: hay personas que no han tenido un buen aprendizaje del placer y, por tanto, no saben cómo disfrutar en la cama. Otras, han vivido malas experiencias con respecto a la sexualidad (encuentros sexuales dolorosos o abusos, por ejemplo), que han convertido el sexo en algo poco apetecible, desagradable o prescindible. Otras, simplemente, encuentran más placenteras otras actividades y se sienten más cómodas en otros terrenos.

Sentir poco interés por la sexualidad no es un problema en sí mismo ¡si está a gusto así, disfrútalo y no te compliques más allá!; sí puede ser un problema si tienes la sensación de que “te estás perdiendo algo” o si tu pareja te demanda más encuentros sexuales y eso os genera un conflicto.

Si crees que no sientes interés en sexo porque todavía no has descubierto todo lo divertido que este puede llegar a ser, puedes probar varias cosas:

  • Lee literatura erótica: ahí podrás descubrir nuevas fantasía erótica, estimular tu imaginario sexual y adentrarte en formas nuevas de vivir el sexo que pueden inspirarte.
  • Adéntrate en el mundo de la juguetería y complementos eróticos: puedes curiosear la tienda online de juguetes sexuales Diversual que además de una línea propia de productos, su catálogo incluye cientos de juguetes, prendas de lencería erótica, productos de cosmética, afrodisíacos… con los que podrás estimular tu imaginación y deseo.
  • Habla con amigos/as: comentar tus inquietudes con personas de confianza puede ser una buena idea para descubrir cómo piensan en tu círculo cercano, de qué manera viven su sexualidad, buscar otros referentes con los que identificarte…

Recuerda que también tienes la opción de realizar una consulta por videoconferencia con nosotras para resolver las dudas que este tema te pueda surgir y que te ayudemos a abordar la situación si lo necesitas.

Ana Lombardía.

No tengo deseo sexual porque estoy agotada

No tengo deseo sexual porque estoy agotada

Una de las grandes preocupaciones en sexualidad es el bajo deseo sexual. Es algo que afecta a muchas personas, y con mucha frecuencia a mujeres. Muchas veces acudís a mi consulta pidiéndome que os recomiende algún milagroso producto para aumentar el deseo sexual, pues os sentís muy perdidas en este aspecto y no sabéis qué hacer para mejorar la situación.

Las causas del deseo sexual son muy variadas: problemas de pareja, dificultad para disfrutar de los encuentros sexuales, desconocimiento de la propia anatomía, problemas en la relación de pareja, desinterés por la sexualidad en general…

Hoy quería hablaros de uno de los grandes motivos por los que la libido puede desaparecer: la falta de energía. Vivimos en una sociedad que nos fomenta ir todo el día corriendo de un lado para otro, con un montón de tareas a la vez, cientos de cosas en la cabeza a las que atender… ¡es agotador! Todo esto hace que quede poco tiempo una misma, que el sueño sea escaso y de poca calidad y que el sexo pase a ser la última de nuestras prioridades.

Es muy difícil que el deseo sexual aparezca si estamos cansadas y sin energía; el cuerpo y la mente reservan la poca energía que nos queda para las cosas imprescindibles, y deja el sexo en segundo plano.  Incluso, seguramente estemos más tristes, con el estado de ánimo bajo, apáticas y sin ganas de nada.

Si hemos perdido el deseo sexual porque estamos demasiado cansadas –y hemos descartado ya el resto de los motivos que mencionaba antes- es importante ponernos manos a la obra para reestructurar nuestra vida, deshacernos de responsabilidades, delegar tareas y dejar espacio al autocuidado.

A veces, para arrancar con todo esto, podemos necesitar un “empuje” extra que nos de energía, mejore nuestro estado de ánimo y nos ponga en disposición de cuidarnos más y crear tiempo para el disfrute.

FEMME UP es una herramienta para mejorar la libido que consta, por un lado, de suplementación natural y, por otro, de asesoramiento de profesionales –sexólogas, fisioterapeutas  y ginecólogas que te ayudarán en el proceso de recuperar tu vida sexual.

El suplemento contiene

  • Damiana, una planta que ayuda a regular el sistema hormonal
  • Maca, una planta utilizada tradicionalmente para mejorar la energía y el estado de ánimo
  • Ginkgo Biloba, con acción vasodilatadora que mejora la sensibilidad
  • Vitamina B5 y B6, para mejorar la fatiga

Además, desde FEMME UP te proporcionan 6 e-books con la información que necesitas para conocer mejor el funcionamiento del deseo sexual y la opción de consultar por whatsapp o email las dudas que tengas al respecto.

Sé que a muchas personas les encantaría tener una pastillita mágica que les devolviese el deseo sexual rápidamente, sobre todo cuando esto está ocasionando problemas en la relación de pareja. La suplementación natural de Femme Up puede ayudar y hay que ser constante con ella para que haga efecto –hay que tomarla durante al menos 2 o 3 meses-, pero por sí sola no funciona. Es por ello que seguramente tendremos que hacer cambios de hábitos, modificar las dinámicas con las que vivimos las relaciones sexuales en pareja, aprender y descubrir nuestra sexualidad y muchas cosas más.

Cada persona pierde el deseo sexual por un motivo distinto, por lo que es fundamental contar con los profesionales adecuados que nos ayuden a encontrar esas causas y nos guíen en el proceso, paso a paso, y sin dar vueltas.

Ana Lombardía.

Me siento inseguro/a en la cama

Me siento inseguro/a en la cama

Hay muchas personas que no se sienten seguras y confiadas en la cama. Ante la perspectiva de un encuentro sexual se pueden poner tan nerviosas que, incluso, pueden llegar a evitar dichos encuentros para no enfrentarse a su temor. 

Esto es bastante frecuente. Muchas veces creemos que no contamos con la experiencia o el conocimiento suficiente en materia sexual para disfrutar y para hacer que nuestra pareja disfrute también. Algunos de los pensamientos más frecuentes al respecto son los siguientes:

  • “Se me va a notar que no tengo experiencia”
    • “Mi pareja va a pensar que soy malo/a en la cama”
  • “No va a querer volver a verme”
  • “Mi pareja me va a dejar porque no está satisfecha
  • “Se va a dar cuenta de que no me lo paso bien y se va a frustrar”
  • “No soy lo suficientemente abierto/a, lanzado/a, sexy en la cama”
  • “No soy lo suficientemente atractivo/a para que me desee y se lo pase bien conmigo”

Cuando una persona llega a un encuentro sexual pensando todas estas cosas es probable que se bloquee, se paralice, no disfrute y no sea capaz de conectar con su pareja en el plano sexual. Esto hará que suceda lo que más teme: que su pareja no disfrute con ella en la cama. 

Si bien es cierto que algunas personas no tienen mucha (o ninguna) experiencia en el plano sexual, ni disponen de mucha información y conocimientos, es importante recordar que la sexualidad consiste en sentir y no en saber. En la cama no hay reglas ni verdades universales que funcionen con todo el mundo. La técnica amatoria mejor aplicada del mundo no funcionará en absoluto si no estamos sintiendo y disfrutando de lo que estamos haciendo. De hecho, hay grandes amantes que no han tenido mucha experiencia previa ni muchas parejas sexuales, pero que son capaces de conectar, sentir y disfrutar. Igualmente, hay personas que han mantenido muchas relaciones sexuales con personas muy variadas… con serias dificultades para disfrutar y hacer disfrutar a otros. En la consulta te puedo enseñar técnica muy sencillas para aprender a sentir, a conectar con la otra persona y a centrarte en el placer (y no en los miedos de tu cabeza). 

También podemos adquirir algunos conocimientos y habilidades que nos ayuden a sentirnos más seguros. Son pequeñas cosas muy sencillas que pueden marcar una gran diferencia a la hora de enfrentarnos a la sexualidad con más confianza:

  • Lee libros sobre sexualidad: hay grandes libros que nos pueden ayudar a comprender mejor cómo funciona la sexualidad y resolver las dudas más “teóricas” que tengamos al respecto.
  • Conoce tu cuerpo: obsérvate desnudo/a delante de un espejo, tócalo y acarícialo. Haz lo mismo con tus genitales. Obsérvalos delante de un espejo, pasa tus manos por ellos y observa tus sensaciones.
  • Aprende sobre juguetería erótica: visita una web como esta para conocer los juguetes que hay ahora mismo en el mercado. Curiosea los productos, sorpréndete con las últimas novedades e, incluso, lánzate a comprar alguno.
  • Visita una tienda erótica física: es una gran experiencia animarse a visitar una tienda en persona, comprobar que son sitios relajados, tranquilos y naturales, tocar los productos con tus manos y charlar con las dependientas sobre ellos.

Es fundamental recordar que a la cama se va a disfrutar. La sexualidad es algo muy individual, por lo que no permite conectar con otra persona desde una experiencia única, en la que no necesitamos tener grandes conocimientos ni experiencia. Lo más importante es acercarnos al otro con curiosidad, deseo y ganas de disfrutar. Desde ese punto, todo sucederá de forma sencilla. 

Ana Lombardía.

Mi pareja y yo no nos entendemos en la cama

Mi pareja y yo no nos entendemos en la cama

Hay parejas que no se acaban de entender en la cama. Muchas veces sí se llevan bien en la vida cotidiana -tienen buena comunicación, se relacionan bien, tienen los mismos gustos…- pero cuando se trata de sexo la cosa no acaba de funcionar

En realidad, esto es bastante frecuente. Igual que a los miembros de la pareja les pueden gustar géneros de películas distintos, tener preferencias diversas acerca de qué hacer en vacaciones o gustos dispares en cuanto a comida se refiere… con el sexo pasa lo mismo. 

Vamos a comentar algunas de las diferencias con las que se encuentran las parejas a la hora de mantener relaciones sexuales:

  • Uno tiene más ganas que el otro. Uno siente deseo sexual con más frecuencia que el otro, y eso genera conflicto entre ambos.
  • Tú por la mañana, yo por la noche. A veces uno prefiere mantener relaciones en un momento determinado del día (porque se siente más enérgico, porque está descansado, porque está más receptivo) y la pareja prefiere en otro. Eso depende de los biorritmos de cada uno.
  • Tierno o salvaje. La actitud con la que preferimos mantener relaciones sexuales puede ser también motivo de discrepancia. Si uno prefiere una actitud más tierna y dulce y el otro más pasional y salvaje, puede ser difícil coordinarse.
  • Unas prácticas u otras. Si uno prefiere el sexo oral y el otro la masturbación, o uno quiere hacer sexo anal y el otro no, es posible que al menos uno de los dos no se quede satisfecho.

Hay veces que las diferencias entre dos personas son tan grandes que hace que sean incompatibles en la cama. Pero antes de tirar la toalla se pueden hacer muchas cosas para intentar acercar posturas y llegar a un punto intermedio en el que los dos se sientan a gusto. Para ello, es fundamental seguir tres pasos: 

  1. Autoanálisis: haz un ejercicio de autoconocimiento y reflexiona acerca de qué es lo que te gusta en la cama, qué necesitas para sentirte satisfecho/a, cuáles son tus límites, qué cosas necesitas sí o sí, de cuáles puedes prescindir…
  2. Comunicación: transmite a tu pareja tus conclusiones con cariño y en positivo, escogiendo tus palabras y haciéndote cargo de tus necesidades. Siempre es mejor decir “me encantaría que me hicieses sexo oral, pues lo disfruto muchísimo” a “estoy hasta las narices de que nunca me lo comas, si no lo haces me voy a sentir frustrado/a y te voy a dejar”
  3. Negociación: una vez expuestos los deseos y necesidades de ambas partes, toca negociar. En el sexo negociar implica hacer más atractivas algunas prácticas o buscar un punto intermedio para los dos. Por ejemplo, si a mi pareja el sexo anal le molesta puedo proponer usar un lubricante anal para reducir las molestias. Si yo prefiero hacerlo por las mañanas pero mi pareja tarda en despertarse, puedo levantarme antes e ir preparando café o calentándole la ducha.

La negociación en el sexo tiene que partir siempre de la seducción. No valen cosas como “si tu me haces sexo oral, yo accedo a tener sexo por la mañana”. Lo importante es que hagamos más apetecible el tener sexo oral o hacerlo por la mañana. 

Una vez acabado el proceso de negociación tendremos que reevaluar la situación. ¿Estoy a gusto con el tipo de vida sexual que he conseguido? ¿Me siento satisfecho/a así? Si la respuesta es afirmativa, ¡fantástico! Podré continuar disfrutando de la relación. Si no es así, habrá que plantearse la posibilidad de la ruptura, abrir la relación a terceras personas en el plano sexual si estoy en una relación monógama o tratar de aceptar (que no resignarme) que no voy a tener el tipo de vida sexual que me gustaría. 

Ana Lombardía.

Cómo hacer un trío… y no morir en el intento

Cómo hacer un trío… y no morir en el intento

Hacer un trío en la cama es una de las fantasías más frecuentes, tanto en hombres como en mujeres. A menudo vienen a mi consulta y a mis talleres personas que me preguntan cómo hacer un trío… ¡pues no saben ni por dónde empezar! Vamos a ver algunas claves fundamentales para disfrutar de una experiencia placentera.

Escoger a las personas adecuadas para hacer un trío

Para hacer un trío son necesarias 3 personas dispuestas a ello. Encontrarlas puede ser la parte más difícil:

  • tríoTodas las personas que vayan a estar involucradas en el trío deben desearlo. Puede parecer una obviedad, pero no todo el mundo desea realizar esta práctica sexual. Es importante que las tres partes consientan y deseen hacer un trío. Ninguna persona debe hacerlo coaccionada, temerosa, con reticencias o con miedo.
  • Si vas a hacer el trío con tu pareja deberéis encontrar a una tercera persona que sea del agrado de ambos. A lo mejor sólo uno de los dos va a interaccionar directamente sexualmente con la otra persona, pero ambos deben estar conformes y sentirse a gusto con la otra persona.
  • Puedes escoger a tus  entre tus amistades, parejas de amigos,
    gente conocida… o bien buscar nuevos contactos en Fuegodevida con los mismos intereses que tú.
  • Se cuidadoso/a a la hora de proponerlo, nunca presiones y se muy educado/a. Tantea antes el terreno con alguna pregunta indirecta para conocer los intereses de la otra persona. Recuerda que no todo el mundo tiene tus mismas fantasías, y que tus fantasías no son mejores que las de los demás.

Cómo hacer un trío

Una vez que tengas a las personas adecuadas para ti, hay que tener en cuenta una serie de claves sobre cómo hacer un trío para que la experiencia sea lo más placentera y satisfactoria posible para todos.

Es fundamental establecer algunas reglas del juego:

  • Aclarar que todo el mundo consiente y desea participar
  • Establecer quién va a interactuar con quien. Es posible que alguna de las personas del trío quiera mantener relaciones sexuales con sólo una de la personas del juego, y mantenerse un poco distante de la otra
  • Acordar límites. Todos tenemos unos límites y estos deben quedar claros de manera explícita antes de empezar. ¿No quieres que tu pareja le haga sexo oral a otra persona? ¿No te apetece tener sexo anal? ¿Prefieres que tu pareja no interaccione nada más que contigo?
  • Realiza peticiones. Igualmente, podéis expresar lo que os gustaría que sucediese durante el encuentro sexual. Si deseas realizar alguna práctica o juego en concreto ¡es el momento de pedirlo!
  • Protegerse frente a infecciones de transmisión sexual. El uso del preservativo femenino y masculino es fundamental para evitar el riesgo de contraer una ITS. Cuando se hace un trío hay que recordar cambiar el preservativo también cuando se cambie de pareja. Por ejemplo, si el trío es un hombre con dos mujeres, él debe cambiar de preservativo cuando vaya a penetrar a la otra mujer.

Suele estar bien tener alguna clave o señal para indicar que nos sentimos incómodos y/o que queremos abandonar el encuentro sexual. Un par de apretones en la mano o en el hombro pueden ser una forma reconocible de indicar que no estamos cómodos.

Dicho esto ¡no queda más que disfrutar! Cuando sabemos cómo hacer un trío y tenemos en cuenta todas estas pautas estamos listos para vivir una experiencia que puede ser muy placentera para todos.

Ana Lombardía.

He aprendido a masturbarme con ayuda de una sexóloga

He aprendido a masturbarme con ayuda de una sexóloga

Hace unos meses vino a mi consulta una chica muy joven, de ventipocos años, que no sabía masturbarse. Sí había sentido orgasmos usando un vibrador o una almohada, pero no sabía usar sus manos para darse placer. Esto le provocaba mucha frustración e inseguridad. En estos meses ha hecho un trabajo increíble y, semana a semana, ¡su progreso ha sido espectacular! Las primeras veces que hablamos sentía que iba a ser imposible, que no iba a ser capaz de lograrlo.

Le he pedido que os cuente cómo ha sido su progreso conmigo estos meses, pues creo que es un gran ejemplo de lo que se puede conseguir con constancia y muchas ganas. Aunque ella os lo cuenta con mucha humildad, no sólo ha aprendido a masturbarse, sino que ha superado sus propias expectativas y ha conseguido tener hasta 8 orgasmos en una sola sesión de masturbación. ¡Enhorabuena!

he aprendido a masturbarme

He aprendido a masturbarme

Cuando me atreví a pedir una cita para Ana me sentía diferente. No sabía masturbarme usando mis dedos. Sí sabía lo que era un orgasmo, pero no cómo llegar a él de la manera aparentemente más simple.  Y me hacía sentir mal, incompleta, torpe. No sabía por dónde empezar y cuando me animaba a empezar mi problema era que no sabía seguir, me frustraba. No tenía paciencia. Por eso cuando fui a la consulta de Ana tenía muchas esperanzas de que ella me ayudase pero a la vez seguía confiada en que si no podía hacerlo era porque era rara, porque algo en mí no funcionaba bien. MENTIRA.

Y esta es mi historia sobre cómo he aprendido a masturbarme. No me considero ninguna experta y pienso que aún tengo mucho camino que recorrer. Empecé observando mis genitales, mi vulva, con un espejo, toqueteando todo lo que veía. Los siguientes deberes fueron empezar a tocarme de forma más personal y menos objetiva. Aquí empezaba mi caminito de trabajo personal.

Para masturbarme era muy importante la excitación y sin ella lo único que podía hacer era frustrarme más. Por supuesto la excitación no estaba presente todos los días  y me afectaba, me agobiaba y me ponía triste porque sentía que masturbarme era algo que tenía que hacer para mi aprendizaje y me faltaba una herramienta importante.

Casualmente, mi primer orgasmo fruto de la masturbación no fue porque estuviese muy excitada pero sí estaba muy tranquila, a solas, dándome mi tiempo y mi momento. Ese orgasmo me hizo llorar de felicidad, pero también me hizo reír, me temblaban las manos y las piernas de la euforia porque había conseguido aquello que para mí parecía imposible. No quería rendirme. Tuve que aprender a controlar la respiración y sobre todo a no desanimarme cuando cambiando el ritmo o el movimiento de los dedos sobre el clítoris las sensaciones disminuían. Entonces, tocaba respirar profundo y volverlo a intentar. Tuve que saber dejarme llevar, algo que personalmente odiaba que me dijeran porque para mí no era fácil, no es algo que puedas ordenar a tu mente y ella lo ejecute, se trata de descontrol y hay que sentirlo.

Es importante confiar en una misma, estar tranquila, relajada, concentrada en lo que haces, no tener prisa y no esperar que aquello que buscas ocurra a la primera y sin práctica. Tienes que confiar en que puedes y sabes hacerlo aunque cambies de técnica o de lugar y estés en un coche. Con suficiente excitación resulta muy fácil, no tienes que pensar en qué haces o no y todo funciona te muevas como te muevas. No tienes que pensar porque tu deseo te guía. Y cuando consigues ese orgasmo con tanta facilidad porque estabas súper cachonda, te llenas de una seguridad capaz de callar a todas tus inseguridades y me encanta esa sensación.

Por supuesto, tuve dudas de si volvería a tener otro orgasmo cuando me volviese a masturbar otro día cualquiera. Tampoco me salió a la primera, pero al final pasó una segunda, una tercera, una cuarta…

 

Espero que su experiencia os anime a muchas a intentarlo. Como veis ¡es algo que se puede conseguir! Además, aunque a veces el proceso pueda resultar frustrante en algunos momentos, como muy bien os cuenta ella, el resto del tiempo es algo divertido y los resultados merecen mucho, mucho la pena.

Ana Lombardía. 

 

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