Hola Ana!!
Hace poco he conocido a un chico que vive en una ciudad distinta a la mía y… ¡nos va genial! Él lleva un tiempo estancado en su vida y está planteándose venir a vivir a mi ciudad. Me da un poco de miedo pues, aunque yo no soy el motivo de tal cambio, sí que le motiva mucho el que yo esté aquí y nuestra relación. Y no quiero que con el nuevo cambio de vida se centre solo en mí y aparque el resto de facetas de su vida, quiero que las siga desarrollando todas pues no me parece sano que se centre solo en mí. Si nuestra relación se derrumbase ¡se le derrumbaría todo!
Cuando empezamos una relación nueva, las emociones que sentimos pueden ser muy potentes, muy positivas y euforizantes. Es importante que, aunque las disfrutemos y nos dejemos llevar por ellas, seamos conscientes de que no deben guiar al 100% nuestra toma de decisiones. Al principio, el enamoramiento nos aporta una sensación de felicidad tan potente y embriagante que no nos deja ver con claridad. Por eso, hay que ser cautelosos a la hora de tomar decisiones bajo el influjo de esas emociones -incluso, posponer ciertas decisiones hasta que las emociones hayan perdido su poder sobre nosotros.
Además, debido a estas emociones del enamoramiento, podemos tender a centrarnos en nuestra relación de pareja y a descuidar el resto de facetas de nuestra vida. Si a esto le sumas el hecho de no estar muy satisfecho y tener sensación de estancamiento… hay que andarse con cuidado. Como muy bien dices, es importante desarrollar y cultivar todas las facetas de nuestra vida.
Centrarnos únicamente en una de nuestras facetas (ya sea la amorosa, la familiar, la laboral, el ocio…) de forma continuada puede hacer que el resto se deteriore y hasta se pierda. Además, todas las facetas de nuestra vida se retroalimentan la una a la otra, por lo que cultivar una ayudará a que la otra también esté mejor. Por ejemplo, es importante tener ratos de ocio, diversión y descanso para rendir en el trabajo, es importante cultivar las amistades para enriquecer nuestra pareja, es importante trabajar y desarrollarse profesionalmente para subir nuestra autoestima, ganar dinero y mantenernos…
Centrarse únicamente en la pareja puede hacer que la relación se vuelva monótona, aburrida, dependiente y poco enriquecedora. Además, como has señalado, si vuestra relación se rompiese él se encontraría de repente solo en una ciudad nueva y sin nada a lo que agarrarse.
Cuando se plantea una situación como esta, puede ser bueno establecer un plan de vida con unos objetivos y unos tiempos: por ejemplo ¿qué espera al cambiar de ciudad? ¿dónde va a trabajar? ¿dónde va a vivir? ¿podrá conocer gente nueva? ¿qué otras alternativas tiene?
¡Espero haberte aclarado un poco el tema! Sino, ya sabes que podemos vernos en la consulta cuando quieras.
Un abrazo!