
Bailes latinos y sexualidad
La danza es una forma de expresión de sentimientos, de emociones y de intenciones. Es una de las formas más puras de comunicación que tiene el ser humano. A través de la danza transmitimos alegría, tristeza, ira, miedo, pasión… a las personas que están observando nuestra danza.
Estos bailes, aunque vistos “desde fuera” puedan resultar bonitos, alegres y divertidos, no se bailan con la intención de engatusar o transmitir a la persona que observa. En estos bailes lo más importante -de hecho, lo único importante- es la persona con la que estás bailando.
Se baila por y para la persona que tienes delante: durante los minutos que dura la canción, no hay nada más en el mundo. Tu objetivo es hacer disfrutar a tu pareja de baile, seducirla, divertirla, hacerla sentir especial… la técnica, el ritmo, los pasos y las figuras son sólo una herramienta para conseguir que tu pareja brille, sonría y caiga rendida a tus pies. El objetivo principal de este baile es seducir: seducir para enamorar, para engatusar, para facilitar un encuentro sexual… pero también es seducir para disfrutar, para reír, para crear un vínculo, para que quieran volver a bailar contigo.
Durante un buen baile apenas se articula palabra, sólo habla el cuerpo e, incluso, las miradas. Los cuerpos juegan, se comunican, se coordinan el uno con el otro para llevar a cabo los movimientos más divertidos, sensuales y armoniosos posibles. El baile se disfruta desde dentro y, cuanto más lo estés disfrutando, más disfrutará tu acompañante.
Mientras dura el baile se genera una burbuja alrededor de los bailarines en la cual no entra nada ni nadie más. Durante esos breves minutos los dos bailarines están solos y sólo importan ellos dos. De hecho, en las salas de baile se considera de mala educación interrumpir el baile antes de que la canción finalice (ya lo haga uno de los miembros de la pareja o una tercera persona que se les acerque). Cuando acaba la canción, la burbuja se desvanece poco a poco, dejando un breve momento para la despedida antes de realizar la búsqueda de una nueva pareja… o decidir que se quiere continuar bailando con la actual.
Un buen baile consigue que sonrías, eso sin duda… Pero la sensación que tienes tras un buen baile es muy difícil de describir: tras un buen baile te sientes viva/o, llena/o de energía, eufórica/o. Un auténtico buen baile te alegra la noche, te deja satisfecha/o y realizada/o. Tras un auténtico buen baile te vas a casa feliz y con la sensación de haber tenido una noche redonda. Basta sólo con uno para irte a casa con esa sensación.
Como veis, este baile tiene mucho que ver con la sexualidad: dos personas que se divierten, se seducen, comparten un momento íntimo, procurando disfrutar y satisfacer a su pareja. Además, la sensación que se produce tras un buen baile es, curiosamente, muy parecida a la que se tiene tras un buen orgasmo.
Además, estos bailes tienen muchos beneficios para la sexualidad: mejoran la autoestima, desarrollan las habilidades de seducción y comunicación, te ponen en forma, aumentan el deseo y la libido, estimulan la imaginación erótica…
¡A bailar y a disfrutar de la sexualidad!
Ana Lombardía.