Beneficios del Síndrome Premenstrual

Beneficios del Síndrome Premenstrual

Es muy frecuente oír que el Síndrome Premenstrual es un fastidio, que las mujeres se ponen “demasiado sensibles”, que es algo que hay que esperar que “se pase” sin hacerle demasiado caso, que hay que evitar que nos afecte, que las hormonas en esos días no nos dan más que problemas…  Pero nunca oímos que ese “síndrome” puede ser algo beneficioso y a lo que  sacarle partido.

Síndrome PremenstrualEl Síndrome Premenstrual hace referencia a un conjunto de “síntomas” que suceden en la mujer los días previos a tener la menstruación; estos síntomas se refieren a cambios hormonales que afectan al estado de ánimo, al humor, a la energía, a las actitudes, a la sensibilidad… y siempre se describen estos efectos de forma negativa: estado de ánimo bajo, mal humor, falta de energía, pesadumbre, hipersensibilidad que no nos deja pensar con claridad…

Vamos a darle la vuelta a todo esto y a comentar los beneficios del Síndrome Premenstrual para que sepamos sacarle partido y aprovechar esos días al máximo evitando los tópicos que nos convierten en personas “poco fiables, inestables y volubles e irascibles” los días previos a la regla:

Los cambios hormonales previos a la menstruación pueden aflorar nuestra sensibilidad. Podemos aprovechar esta sensibilidad para:

    • Mostrarnos más afectuosas con nuestra pareja, familia, amigos… Puede ser un buen momento para demosotrar el cariño, las cenas románticas, las conversaciones afectuosas con los amigos, para dejarnos querer y mimar…
    • Las emociones pueden incentivar nuestra creatividad y facilitarnos las tareas que requieren más imaginación y sentimiento. Por ejemplo, puede ser un buen momento para disfrutar o crear arte, realizar trabajos o actividades que requieran cierta expresividad o sensibilidad, etc.
    •  Los días en los que estamos más sensibles pueden ser un buen momento para darnos cuenta y tomar conciencia de qué cosas nos importan, de prestar atención a las emociones a las que normalmente no hacemos caso o que pasamos por alto en el día a día…

Algunas mujeres también notan un descenso de la energía los días anteriores a la regla; en vez de ver esa falta de energía como un “fastidio”, podemos ver la oportunidad de utilizar esos días para descansar y reponer fuerzas, dormir más, cuidarnos a nosotras mismas, dedicarnos atenciones para las que habitualmente no tenemos tiempo… Cosas tan sencillas como dormir la siesta o acostarse antes, darnos un baño relajante, cuidarnos el pelo o la piel, etc, son actividades muy placenteras que nos harán sentirnos muy bien y nos recargarán las pilas para afrontar el resto del mes con energías renovadas. Si en vez de luchar contra esa falta de energía la canalizamos bien puede jugar a nuestro favor. Descansar y cuidarse también son una “obligación”, por lo que unos días de parón o de ralentizar el ritmo pueden ser ideales los días previos a la regla.

Estos días lo emocional puede imperar sobre lo racional, por lo que puede ser un buen momento para postponer la toma de decisiones y dejar madurar las ideas, planes, objetivos, pros y contras… Estos días las cosas pueden verse desde otra perspectiva que también conviene tener en cuenta y sopesarse en el proceso de toma de decisiones. Una buena idea es la de apuntar nuestras impresiones de estos días acerca de las futuras decisiones que debemos tomar y revisarlas más adelante, comparándolas con las de días “no-premenstruales” para tener una perspectiva global del asunto.

El hecho de que las emociones sean más intensas que el resto de días no les resta importancia ni validez; me parece muy importante destacar esto, pues la tendencia habitual es la de desacreditar las emociones que aparecen “estos días” por considerarse inusualmente intensificadas y “anormales”. La idea generalizada es la de que hay que “esperar a que se pasen” y vuelvan las “emociones normales”, en vez de darles la credibilidad que merecen.

Los días antes de que nos venga la regla las hormonas pueden sacar a la luz unas cualidades muy positivas y necesarias que, por ser más típicamente femeninas (emocionalidad, sensibilidad, afectividad, expresividad), se castigan socialmente en pro de las más masculinas (como la racionalidad, la efectividad, la acción, el poder…). Este castigo “social” hace que nos castiguemos a nosotras mismas también -el otro día oí a una compañera decir “los días antes de la regla estoy más tonta que tonta” y, por tanto, dudemos de nosotras mismas y nos sintamos peor.

Si aprendemos a conocer cómo nos influyen las hormonas estos días -si es que notamos su influencia-podremos adaptarnos a ellas y sacarles partido, en lugar de enfrentarnos a ellas y remar contra corriente.

Ana Lombardía.

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