Carlos, el capitán del velero, es un tipo pintoresco; nos recogió en Cala Jondal con su gran barba, su sonrisa y su tez curtida por el sol y nos acercó al 3 Blancas con la zodiac. Subimos a bordo entusiasmados y recorrimos cada centímetro investigando y reconociendo el terreno: olía a madera, a mar y a su famoso marmitaco de bienvenida -un guiso de pimiento, patata, cebolla y pescado- que había hecho esa misma mañana en la cocina del barco.
La vida a bordo es muy sencilla: duermes en alguno de los 5 camarotes -varios de ellos con baño propio-, te aseas en la ducha de popa, haces la compra en el puerto, comes lo que tú mismo cocinas… Lo mejor es amanecer y zambullirte en el agua transparente ¡no hay mejor despertar que ese! y desayunar una de las riquísimas ensaimadas que vende Valeria, una comerciante local que se acerca con su zodiac a los barcos que pasan la noche fondeados en las playas de Formentera.
Durante el día hay un montón de actividades que hacer: además de tomar el sol en cubierta -un lujito de este mundo- lo que más me gustó fue coger las gafas y el tubo que me dio nuestro patrón y hacer snorkel. Puedes ver un montón de peces y fascinarte con el fondo marino repleto de posidonia -una planta acuática en la que viven multitud de especies animales y vegetales. La posidonia, además, es una planta que solo sobrevive en aguas muy limpias, por lo que su presencia es siempre un indicador de playas alucinantes de agua cristalina.
Como el agua suele estar muy tranquila es perfecta para coger la moto de agua o la piragua del barco y darse una vuelta mar adentro, bordear la costa o escaparse a ver el atardecer a una playa tranquila y alejada. Con la moto tienes una sensación de subidón tremenda y, con la piragua, de paz; ¡que cada uno elija lo que quiera! A mí la moto la verdad es que me encantó, llevaba mucho tiempo deseando probar una y lo cierto es que no me defraudó para nada.
En tierra las posibilidades son múltiples: desde la apasionante noche ibicenca -yo estuve en Blue Marlin, en Cala Jondal- a las playas apartadas de Formentera -hay que ir, si o sí, a los barros de Espalmador (los de la famosa escena de la película Lucía y el Sexo, de Julio Medem).
En Formentera es un planazo alquilar una moto en el puerto e ir a recorrer la isla: pasear por sus calles, recorrer la costa e ir al faro y, por supuesto, hacer una parada en el mercadillo artesanal de La Savina a comprar pulseras y abalorios, ropa, postales… Para terminar el día lo ideal es tomarse un helado en cualquiera de las heladerías que hay por la zona.
En el barco, además, ayudas a Carlos con la navegación y aprendes a hacer algunos nudos, mover las velas, llevar el timón, echar y elevar el ancla, colocar las defensas… ¡es muy interesante! aunque he de reconocer que ya he olvidado todos los nudos que aprendí. ¡Tendré que volver para refrescar la memoria y saltar al agua desde la proa!
Datos de interés
- Vuelos a Ibiza: la opción más barata suele ser Ryanair.
- Alojamiento en el velero 3 Blancas: una semana completa cuesta unos 500 euros por persona en temporada media. El precio dependerá de si el barco va lleno o no -tiene 10 plazas-. Puedes elegir entre unirte a la tripulación que ya haya en el barco o formar la tuya propia con amigos, familia y demás.
- Comida: lo más económico es hacer la compra en un supermercado -el barco tiene nevera y armarios para guardarla´- y cocinar en él. Si optamos por comer de restaurante los precios son muy variables, pero hay de todos los precios.
- Gastos extra: los amarres en los puertos y fondear en las calas son cosas que te cobran aparte. En función de tu presupuesto e interés puedes elegir hacerlo de una manera u otra (los puertos son más caros que las boyas, por supuesto).
Fotografías de Roberto Iván Cano. Pincha en las fotos para verlas en grande.