
Mis amados hombres
Cada vez recibo a más hombres en consulta que vienen a solucionar eso que, cuando empecé a formarme en el campo de la sexualidad, me dijeron que “pocas veces iba a ver”: hombres con problemas para llegar al orgasmo, para dejarse llevar, para disfrutar de la sexualidad con libertad… Hombres sensibles, sensitivos, viscerales, más tímidos a veces… Y todos ellos maravillosos.
Cuando se estudia la anorgasmia y las dificultades para llegar al orgasmo, o de las dificultades para excitarse se habla siempre de las mujeres; de los hombres apenas se trata pues, se supone, ellos no tienen estos problemas. Yo, últimamente, no hago más que recibir este tipo de hombres.
En la calle tampoco es corriente oír hablar de este tipo de hombres, es más, se oye todo lo contrario: hombres que se corren con gran facilidad, muy “salvajes” en la cama, muy “pasionales”, muy liberados, muy “masculinos”. Incluso, los hombres pueden reconocer que se corren más rápido de lo que les gustaría… pero pocas veces oímos a ninguno decir que le cuesta llegar al orgasmo.
Estos hombres que acuden a mi consulta son, por lo general, muy especiales. Necesitan amar o sentir algo especial por la persona con la que están para poder disfrutar, les cuesta soltarse, se les conoce despacio, despiertan ternura.
Estos hombres representan un nuevo modelo de masculinidad, menos estereotipada, más femenina, más personal, menos mediatizada, menos condicionada socialmente. Y, aunque vengan a consulta porque no están a gusto con su sexualidad y quieren mejorarla, están más cerca que mucha gente de conseguir una sexualidad plena, libre y muy excitante. Cuentan con algo que la mayoría de personas no tiene: son hombres que han desarrollado unas cualidades especiales, generalmente más propias de las mujeres que, si aprenden a usarlas y pontenciarlas, les conducirán a una sexualidad fuera de los cánones, diferente, especial, muy personal y placentera.
Así, una vez libres de los deberías, tendrías y demás presiones sociales en torno al sexo y a los roles de género, nos superarán a todos.